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TREN PARLAMENTARIO

Portal Abierto

Vicente Bello

 

El Congreso de la Unión concluía ayer el primer periodo ordinario de sesiones de la LXI Legislatura acometido por el mismo tiempo borrascoso que sacude a la República. Y tiene impreso en el frontis, particularmente la Cámara de Diputados, el sello de la debilidad, que no le permite erigirse en un real contrapeso de quienes ejercen el poder público en México desde las instituciones y desde los poderes fácticos. 

 

Este martes 15 de diciembre, San Lázaro se sumía en el sopor de una rutina de la que no ha podido escapar desde hace mucho tiempo: cada que concluye un periodo, hombres y mujeres se despiden y se desean buenos años. Y paralelo a sus romerías, el Pleno va aprobando como si fuera todo en automático. Apenas algunas argumentaciones opositoras  suelen sacar a la asamblea de su camino trazado por las dirigencias. 

 

Cinco dictámenes de reformas y  un tanto igual de dictámenes de puntos de acuerdo fueron ayer el resultado legislativo del último sesionar de San Lázaro.  Uno de aquellos, sin embargo, llegaba rezumando importancia por todos lados. Y aun así el debate llegaba regateado, frenado. Apenas asomándose por la enjundia de dos diputados realmente opositores -Jaime Cárdenas y Gerardo Fernández Noroña-, que reclamaban asegurando que lo que se discutía ahí no era más que pura simulación, pura hipocresía. 

Se trataba de la elección de quien a partir del 1 de enero próximo fungirá como el nuevo auditor superior de la Federación, en sustitución de Arturo González de Aragón, aquel auditor que fue capaz de colocar en los últimos ocho años el equivalente al cascabel al gato. 

 

Desde la víspera, o sea este domingo, los conciliábulos entre el PRI y el PAN habían rezumado a la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación como la humedad suele trasminar a la cubierta de un barco. 

 

Ayer se supo que entonces sólo jugaban al efecto distractor. Se decía entonces que José Luis Nava Díaz traía en la frente el sello del PRI, como también Julián Alfonso Olivas Ugalde, quien además éste tenía relación familiar con el vocero actual del gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto. 

 

Y Juan Manuel Portal Martínez no era más que un candidato a modo del Partido Acción Nacional. 

Eran los tres que figurarían en la terna que la comisión de la Vigilancia de la ASF estaría presentando este martes 15 al Pleno, para que de allí surgiera el nuevo auditor superior de la Federación. 

 

No era parte de esa tríada el aspirante Raúl Robles, a quien en el principio de la conformación teatral de elección de nuevo auditor se le consideraba un candidato firme porque su actividad profesional estaba cruzada, en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, con el actual jefe de la bancada priísta Francisco Rojas Gutiérrez. 

Rojas, cuando estuvo como director general de Pemex, en el sexenio de Salinas, tuvo como uno de sus funcionarios a Robles. Como también tuvo una buena temporada, en calidad de contralor de la paraestatal, nada menos que a Juan Manuel Portal Martínez, el candidato que finalmente fue votado por el Pleno como el nuevo auditor superior de la Federación. 

 

Esta relación de trabajo que ha tenido Portal escoció a los opositores del Partido del Trabajo. Gerardo Fernández Noroña dijo: "Ya están con un pie en el estribo y van a tomar una decisión que sigue siendo parte de un proceso de simulación". 

Fernández Noroña, de principio a fin, se constituía en la piedra en el zapato de las asambleas plenarias de la Cámara de Diputados. Reiteró: "Se sigue deteriorando a las instituciones de la República. El auditor González de Aragón, desde mi punto de vista, hizo un buen papel, y se hizo un proceso de presión para que ya no buscara ser reelecto. Hoy, aquí, se va a otra por mayoría calificada, a uno de los tres que responde a los intereses de uno de los tres partidos que tienen mayoría en esta Cámara. No será un hombre independiente, no será un hombre que se mueva con la intención de, efectivamente, hacer los trabajos de auditoría. Porque, además, aunque se hagan como se hicieron con González  de Aragón, no tiene ninguna repercusión de ningún tipo". 

 

 

Tren Parlamentario- Vicente Bello, Portal Abierto 1/2

Noroña se refería al PRI, aunque en la víspera este candidato había sido relacionado con Acción Nacional. Desde temprano, el historial profesional de Portal Martínez había circulado en el pasillerío, y todos se habían detenido en su paso por Petróleos Mexicanos, en los tiempos de Carlos Salinas de Gortari, cuando Francisco Rojas Gutiérrez -el jefe de la bancada priísta de San Lázaro- era el titular de la paraestatal. 

 

Con Ernesto Zedillo, Portal se había movido hacia la Secretaría de Desarrollo Social y después, específicamente, hacia Liconsa. 

Panistas como Manuel Clouthier Carrillo y priístas como Jorge Carlos Ramírez Marín intentaban salir al paso de la crítica demoledora de Fernández Noroña, diciendo -el panista- que la Comisión de Vigilancia de la auditoría Superior de la Federación había privilegiado, en su selección de la terna entre aquellos casi 40 aspirantes a auditor, que fueran personas  tuvieran trayectoria en la tarea de auditoría superior. 

 

Ramírez Marín rechazaba la versión de Noroña, de que entre priístas y panistas habían arreglado impunidad y complicidad con el que será el nuevo auditor. 

De pronto, la voz de Mario di Costanzo, uno de los diputados petistas, llamaba la atención, porque no se oponía sencillamente a Portal Martínez. Y se ponía a bordar por las orillas, en contrapartida a la crítica dura y central que habían emitido hacía unos minutos sus correligionarios hacía unos minutos Jaime Cárdenas y Gerardo Fernández. 

 

Di Costanzo dijo: "Pero que quede claro que este no es un cheque en blanco para quien deberá de asumir el puesto de auditor superior de la Federación". 

En voz del PRI, había hablado en la tribuna Sebastián Lerdo de Tejada: "la Cámara de Diputados cumplió en la Ley de Ingresos, cumplió en el presupuesto de egresos de la federación y hoy cumple eligiendo al auditor superior de la Federación. Se están cumpliendo los tiempos legales y constitucionales. Esta Cámara está dando una señal concreta a la sociedad, de cumplir en tiempo y forma con sus obligaciones".

 

Apostillaba entonces el priísta: "Debates habrá muchos, pero es tiempo también de mandar una señal de consenso. Es tiempo también de ponernos de acuerdo y eso me parece que es una buena noticia. A lo largo de los trabajos de la Comisión de Vigilancia tuvimos la oportunidad de recibir, en el Pleno de la misma, a 36 aspirantes". 

El Pleno aprobaba finalmente el el dictamen en que el Pleno mandata que el nuevo auditor superior de la Federación, a partir del 1 de enero, será el contralor de Pemex en los tiempos de Carlos Salinas de Gortari. 

 

Entonces la sesión continuó. Y se constituía en un sesionar aderezado con  voces de romería. Festejaban la cercanía de la navidad y el boleto del avión en mano. Hacía unas horas, Felipe Calderón les había metido el pie. 

 

El presidente presentaba una iniciativa de reforma constitucional en la que plantea que sean reducidos los números de los senadores y diputados federales. De 128 a 96 senadores, y de 500 a 400 diputados federales. 

Es una propuesta mediante la cual pretende debilitar todavía más al Congreso, se quejaban perredistas al mediodía. Será, sin duda, motivo de un gran debate. Como también los resultados que arrojó el trabajo legislativo en este periodo ordinario recién concluido. Trabajos que sólo manifiestan la debilidad, en muchos aspectos, del Poder Legislativo ante el Ejecutivo. 

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